La sorpresa
es que quería sorprender,
y el gusto
deja algo desabrido,
mientras nuestra saliva
recuerda aquella partida,
el núcleo de su alma,
que ya dejo una sombra.
A veces pasa la noche,
a veces pasa la mañana,
mientras nuestra saliva
recuerdo,
todo lo que no importa,
todo lo que poco importa,
recuerdo ese dicho
“aquel que se va sin que lo echen,
vuelve sin que lo llamen”
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