están secos
porque ya no quieren llorar,
invadidos de ensueño
alumbrados de reflejos
que rebotan del silencio y la luna.
Los ojos
están secos
porque ya se montan
merodeando sobre una forma
que no busca más que mirar
de lo profundo
hasta la simple figura.
Y sólo recorrerla al andar
para dibujar halos sin punta.
Los ojos
están secos
de tanto querer despertarse
y que no te vayas
nunca.