La luz
que emanan esos ojos
es la luz que grita
que ya no dormita,
es la puerta que acelera
la entrada, el pasillo, la casa,
la calle, la vereda.
La luz
que esos ojos emanan
es la luz de la caricia,
es la llave del encuentro,
la cama, la almohada,
la sábana, la frazada,
tu cuerpo y el mío,
el techo y el silencio.
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