viernes

De la noche me queda

De la noche me queda

el hastío, el vestido,

el velo, el humo, el suelo,

que son rutas recorridas

en un proceso de reconocimiento.

 

De la noche me queda,

la impresión de ser un presente,

entre la sedación del cuerpo y el color

de los ojos ardidos.

 

De la noche me queda,

el valor de la mañana,

que amanece como si no supiera,

como si nadie le contara,

que en el ocaso hay un punto exacto,

de revancha.

 

De la noche me queda un río,

que abre una conversación

con mi insomnio en silencio.

Mientras, buscamos el remo,

para sumergirnos en la corriente

del camino nuevo.

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