jueves

Entre mares


Así como cantando,
la gravedad se eleva
y desayuna la humedad
para luego matizar nubes,
como si fuera el aroma que deja
la tierra, la vida,
después de haber sido regada.

Así como quien no quiere la cosa,
aparece cuando todo está en pausa,
reanuda las razones, los ojos, las letras, los segundos.
Porque no son malos los días, sólo furibundos.

Así, sin decir nada, amanece que no es poco,
que la madrugada ha quedado larga.

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