domingo

Aguacero



Pedazo de agua
que se hizo brisa,
que se hizo brillo en mi cara,
a veces te espero
para un posible ronroneo
sobre el techo,
encima de la luz,
tras la esquina,
lejos de mi almohada.

Pedazo de agua
invasiva y atolondrada,
danzante y titubeante,
es este vaivén
el que rejuvenece el silencio
meditando el espacio,
como una hamaca
que en la plaza Sarmiento
se mueve sola.

Pedazo de agua
inasible a mi mirada,
valiente y paciente,
me espera.

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