viernes

Late


Todo el silencio que abunda
se hace la noche en un segundo,
mientras la luz se dispara
la tierra tiembla,
los vidrios vibran,
el aire late.

Cruje en lo perpetuo
el cielo que irradia y arremete,
en un segundo de impacto
la luz en la tierra late,
como un contacto de energía,
un suspiro natural.

Lo perpetuo es silencio,
ante un cielo concreto
que habla entre dientes.

Las nubes se enfrentan y unen,
mientras los pájaros huyen,
porque son los primeros que saben,
cuándo hay que irse.

Tiembla el día y cae la mañana,
aquel deseo es inmediato,
un contacto suave con lo cotidiano.

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