Mis palabras
inertes
se desbocan
atolondradas,
como ellas
locas.
Despiertan
desesperadas
alimentándose
de cualquier
posibilidad
que una
realidad alterna
figura en un
manto negro
de silencio
y duda.
Mis palabras
empecinadas
en poner
nombre
a los
momentos que pasan,
se abalanzan
sobre cualquier
alma bella
atosigada de
tantas letras.
En el
zumbido
verás caer
del cielo
todas las
barbaridades
que hay que
guardarse,
hasta que te
despiertes
y no haya
más nadie,
como un fin
de fiesta
arremolinado.
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