lunes

Lontananza

Con tanto trueno,
cómo no disfrutar del agua calma?
si el paraíso es otro
y no el campo que todos dibujamos.

Plantar árboles en las manos
que huelan a lo más preciado
de nuestra niñez eterno tesoro;
plantar luces en los torsos
que alumbren lo suficiente
para no ir divagando al andar.

Ese paisaje que imaginamos
es la seguridad culmine
de lo firme, inmenso y futuro;
ese poeta máximo renaciendo
es como estrellas fugaces
que solo las ven los capaces
de buscar lo escondido.

El paraíso es el vacio
la iluminación de la noche
la capacidad de verlo todo
adorando el paisaje concreto
la mismísima nada.

1 comentario:

Anartista dijo...

a lo más hondo de mi vacío, voy.