del nerviosismo incontrolable,
como una pesadilla espontanea
mientras acontecen soles nuevos
estivales.
Esa sensación extraña del pasado
que circunda en vuelo los
pensamientos,
como si fueran pájaros negros
que con la luz espejada del silencio
aparecen como un halo por la ventana.
Esa sensación de recordarte hoy,
pasado,
es como si no te hubieras ido nunca,
y quizás volviste para darle memoria
al fuego.
Esa sensación que te vuelve torpe,
presente,
es como un silencio inmaculado,
que admira todo.
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