domingo

Fresco

Encontrar las voces
que en momentos de tormenta
aflojen los nudos mentales,
desanudando cada frescura
con glaciares entre manos
y momentos plácidos, sensatos.

Ahí poder sentir
sobre la cresta de un cielo neutro,
aunque irradie la humedad
o las mil un estrellas desaparezcan.
En tierra diminuto,
se hacen de valores los colores,
en un juego inocente
de conocer la diversión
de las frescas juventudes divinas.

*a las conexiones divinas.

sábado

Temperatura

En vísperas de verano
el sol y las nubes enciende
la energía de los cuerpos
motivan los sinceros lados,
perfumando de artificio
cambiando cada luna
dejando cada cielo en vano.

Son como mil sabores
de otros extremos lejanos,
como diez olores
que reaparecen momentáneos.

El hábil color de neutralizar
es el que recorrerá los extremos
volviendo nuestra ciudad un lago.


*de mil silencios y treinta y cuatro grados.

Imaginando esas mañanas

Buenos son los despertares
de mil arcos de viento
mientras veo y pienso
que estás envuelta de mañana. 

Buenos son aquellos momentos
que el cuerpo se siente contento
y se suaviza en la cama
lleno de energía y calma. 

En algún tiempo
se dispararán las flores
que permanecerán húmedas
sazonando el silencio
de pureza encandilada.

martes

Reacciona

En tu descaro
flota lleno de distorsión,
amalgámate con la turbulencia
para que ella no te arremeta
y quiera desestabilizar
los bordes de tu equilibrio.

En tu descaro
ríe del aire mismo
que ya no importe el silencio,
tus manos son más fuertes
cuando menos se ahuyentan,
cuando se desanclan y ruedan
al momento del tiempo perfecto.

*flota en el espacio.

Piénsate amo

Ese remolino que te exaspera
es sólo el fuego de tu paciencia,
no caer en el encanto ilustrado
es la ciencia de guiarse bravo.

Así envuelto en coronas distintas
te armas amo y no esclavo,
aunque las flores sean fulgores
hay que dejar presas las mediciones.

Evitar vestigios del pasado
creando ofrendas al presente
es más suave el movimiento
cuando sólo del fluir
dependes.

lunes

Ansiosas

Mis palabras inertes
se desbocan
atolondradas, como ellas
locas.

Despiertan desesperadas
alimentándose
de cualquier posibilidad
que una realidad alterna
figura en un manto negro
de silencio y duda.

Mis palabras empecinadas
en poner nombre
a los momentos que pasan,
se abalanzan
sobre cualquier alma bella
atosigada de tantas letras.

En el zumbido
verás caer del cielo
todas las barbaridades
que hay que guardarse,
hasta que te despiertes
y no haya más nadie,
como un fin de fiesta
arremolinado.

Suena el río

Oigo el frío
que quiere ser parte
de todo lo que digo,
buscando ver el ruido 
porque ya no hay motivos
de enfermar la noche tibia.

Gritar al espacio
donde el sonido duerme,
desplazar los sueños
pensar en que hoy
no quedan muertos.

Oigo el frío
que silba desentendido
pues mis palabras ya no valen
si lo que siento está perdido.

Hay que buscar, sin hablar,
desear el puerto desde un barco.