Encontrar
las voces
que en
momentos de tormenta
aflojen los
nudos mentales,
desanudando
cada frescura
con
glaciares entre manos
y momentos
plácidos, sensatos.
Ahí poder
sentir
sobre la
cresta de un cielo neutro,
aunque irradie
la humedad
o las mil un
estrellas desaparezcan.
En tierra
diminuto,
se hacen de
valores los colores,
en un juego
inocente
de conocer
la diversión
de las
frescas juventudes divinas.
*a las
conexiones divinas.