Usaremos la noche
para que los palpitares
que son cuerdos y se esconden
den rienda suelta
a su más preciada perversión.
Desharemos los bordes
las matemáticas tangentes
que forman segmentos
sin saber para que, cuando, como y donde.
Elegiremos a la bestia
que en posición alerta espera
ideando la fuga
de todas nuestras viles obligaciones
y/o presiones.
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