Veinte-diez
es el año que recuerdo
por toda la poética invisible
invencible es la idea
de un apocalipsis interno.
Veinte-diez suman treinta
superando esa barrera
de lo inhóspito,
de la maduración a fuerza,
de la sola condición de ser
y dejar de ser sombra.
Veinte-diez fue el año
en que todos nos quebramos,
en lo profundo, en lo romántico,
en el espacio de empezar
a buscar lo que diez años después,
quizás, tocamos.
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