Guardo la pausa
y con energía desato
los nudos eclipsados
que sin querer queriendo
se avispan como taladros.
Le sugiero a esa reserva
agitar su ánimo,
para dar espacio a los cantos
que comen la madera del árbol,
la luz y su agua de mi sembrado.
Reconciliar la noche
cazando fantasmas y monstruos,
asi levitando lo incomunicado,
esa energía inerte
se irá encausando.
Desde el centro busca su propio equilibrio.
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