Desatandonos
de los espejos soñados,
de toda la furia espectral,
que se entromete
entre luna y luna.
Desatandonos
del par parejo perfecto,
que encarna lo viejo
vestido de nuevo.
Desatandonos
del silencio de vernos
de las trabas intocables,
de cada intención,
aunque sea la más explícita,
desahogada en lo cierto
de lo cierto.
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