viernes

Lo deseado sobre la mesa

Con todo este placer me encuentro, lo miro, lo observo, lo seduzco, tal vez lo conformo. Adoro cada segundo de sus pacientes sales, cada esquina de su curvilíneo palpitar y entonces, lo embisto, para poder derramarme con su tinte y que penetre cada capa de mi piel para posarme en sus pies.

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