¿Que serán las voces manejando puntos cardinales
del mediodía animado sin haber comenzado
a deletrear siquiera una palabra melodiosa?
¿Que será lo que llama desde el borde rasgado,
casi húmedo, áspero en su condición de ser otra cosa,
que sin embargo llama a disparar las añoranzas?
Es que mis manos no la tocan,
es que mis bordes no la rozan.
Ese vacío que quiso quietud,
es la certera visión de estar sintiendo
lo nuevo, de nuevo.
Lo hermoso de no seguir preguntando y haberlo encontrado.
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