Ocho son mis manos
mis brazos
mis pies
mis días
mis puertas
mis camas
mis días sin ventana.
Quisiera ver la luz
que se escapa arremolinada
buscando el parpadear
de cada pestaña oscura
petrificada
multiplicada.
*ocho veces ocho
capicúa son las estelas
que dejo
cuando digo ocho.
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