Acoquinado
entre los buches somáticos
que despejan mármoles
y encuentran la altura exacta
para desdoblar las vértebras
removidas con cal
ensoñadas con pétalos
articuladas por vibraciones.
Pues ahora aventajado
contra viento y marea
se vuelve rebelde
masticando las llagas
ante nubarrones con probabilidad
de dispersas noches
sin planetas ni velas
solo una niñez lavanda.
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