La lumbre enciende las curvas peligrosas
que corroen por las infinitas aristas,
descubren su punto especial
relajadas, entramadas y enhebradas,
pasajeras de voces tenores arrasadoras
se descarnan y empiezan a varar,
sobre la marea entintada de casi casi
una luz que juega entre un vestido,
mil almas y el viento
que desampara posee y desampara
mientras hay música de fondo.
1 comentario:
Cuidado... pintura fresca.
Es realmente revelador cuando se entiende lo amorfo de la forma.
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